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EL Castilla remonta y elimina al Barsa B (3-0)

Una locura. Tres goles, los dos últimos cuando el Barça Atlètic, que apenas compareció, olfateaba la final. Pero Iker Bravo lo cambió y una mano de Dionkou dinamitó al filial azulgrana. Arribas volvió a tiempo de lesión para sellar desde los once metros una remontada gloriosa, épica y también justa. Una remontada que dejó en anécdota el 4-2 de la ida. Una remontada que comenzó con Álvaro Martín como manijero y Dotor como justiciero. Del 14 al 10. Aunque fue el 21 el que salió con la capa del Di Stéfano. Iker Bravo desbordó el tarro de esencias en el mejor momento.

El duelo empezó con los decibelios desatados. Valdebebas abarrotado, el ‘no hay billetes’ colgado desde el martes. El Castilla tenía que remontar y la grada marcó el camino. El Siete diseñó una defensa híbrida, con Peter de carrilero a pierna natural, algo habitual, pero más extremo que en otras tardes. Enfrente estaba Luismi, el genio que dinamitó la ida con dos golazos de museo, y no quiso el Siete dejar solo a Marvel en su tarea de frenar al portuense en el costado zurdo. Márquez apenas tocó lo que funcionó en el Johan Cruyff, mientras que Nico Paz y Álvaro Rodríguez afilaban el once castillista. Pero fue ‘el otro Álvaro’, Martín, el que salió de la lámpara casi desde el pitido inicial.

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