El martirio de Santiago en la prisión más salvaje de Irán tras ser acusado de espionaje: «Pierdo la esperanza y la fe»
Permanece encarcelado desde hace cinco meses: «Si quería ir al baño tenía que llamar al interfono: ‘please, toilet’. Los guardías se reían. Alguna vez me cagué encima, literal. No podía aguantarme», cuenta tras pasar más de 40 días en régimen de aislamiento